Los sitios preferidos de las hormigas están detrás de las paredes, armarios de la cocina y los aparatos domésticos, detrás de los marcos de las ventanas y las puertas, y debajo de los suelos y las losas de hormigón, etc.
La evidencia principal a parte de la física es la detección de pequeños montones de tierra o suciedad que indican la situación de los hormigueros.
Adicionalmente al desagrado que su presencia en medio urbano ocasiona en la generalidad de los vecinos, la razón primordial que justifica su prevención y control está relacionada con un potencial daño para la salud pública. Es preciso recordar que muchos de estos insectos viven en alcantarillados, pozos, etc. y que, su paso desde ese entorno contaminado al interior de viviendas, cocinas, etc… puede conducir al transporte (capacidad vectorial) de agentes infecciosos y/o parasitarios.
Junto al empleo de métodos químicos adecuados para cada caso que traten de erradicar el problema de inmediato, es tan importante o más descubrir el auténtico origen de la plaga; si lo que se busca es una solución a largo plazo y realmente eficaz, revisiones periódicas.
Los alimentos que son encontrados por hormigas dentro de casa suelen requerir de un reclutamiento masivo de individuos. Cuando una obrera localiza la comida, vuelve al nido dejando una traza en el substrato de una substancia química llamada feromona de reclutamiento, que comunica a las demás compañeras de nido la ubicación exacta del alimento encontrado en el interior de casa.
Entonces, se inicia el reclutamiento masivo de obreras, que rápidamente se acumulan en gran cantidad en la fuente de alimento. En caso de que hormigas ya se hayan convertido en una plaga la solución es contactar con los técnicos de Tecnisan para planificar un tratamiento a medida en función del alcance de la invasión, la especie concreta de hormiga que causa la plaga, y la localización de los nidos, que son factores determinantes para una rápida y efectiva eliminación del problema.